En una sociedad tan compleja como la actual, el ser humano se ve sometido a una serie de situaciones mentales que se suponen un gran esfuerzo. Y aunque las hay que no cambian y son inherentes a los sentimientos humanos, otras se han añadido como reflejo de vivir en una nueva sociedad. Ante la pérdida de estabilidad mental y emocional, se disparan la demanda de tratamientos como el de mindfulness.
Obviamente en la capital se vive con una determinada dinámica propia de las grandes ciudades, donde el estrés debe ser siempre regulado convenientemente para no caer en cuadros de depresión, de ansiedad o de desorden mental propios de estas características de la vida urbana. El ocio, la familia, las relaciones sociales y el equilibrio entre las obligaciones y la calidad de vida, son válvulas de escape que funcionan como amortiguadores ante las exigencias diarias. Pero no siempre todo funciona a la perfección y se producen grietas en la estabilidad emocional, mental y aparecen las enfermedades y desajustes del bienestar psíquico de las personas.
Miles de personas viven en un constante estado de alerta pero ni siquiera saben que lo tienen hasta que algo les alerta de que no están por el buen camino de la estabilidad mental. Obsesiones, frustraciones, dependencias de agentes externos que afectan a la salud física y mental y en general la aceptación de medidas poco saludables a la hora de enfrentarse a situaciones negativas que se presentan en la vida, de golpe o que se soportan de manera continuada, devienen en cuadros patológicos que deben ser tratados por expertos, a través por ejemplo de curso de mindfulness.
Estos cursos sirven para todo tipo de pacientes, incluyendo público infantil, que acuden en busca de ayuda relacionada con el malestar mental, emocional y psicológico cuyo origen tiene causas muy diferentes en cada caso.
En los pacientes como son los niños, atienden casos de depresión infantil, igualmente ansiedad, estrés, obsesiones y traumas relacionados con la familia, los amigos, el colegio, casos de melancolía y apatía e incluso dependencias prematuras a sustancias nocivas para su salud, drogas y alcohol.
En la misma línea se tratan casos relativos a pacientes adultos. Se incluyen aquí también la ayuda psicológica para abandonar las dependencias, para superar un duelo bien sea por pérdida de un ser querido, un divorcio o una pérdida que suponga un drástico cambio de vida, etc. Mindfulness puede ser la clave para reducir la ansiedad y el estrés.