Cuando estrenamos el año 2000 (después de comprobar que lo del temido efecto fue una milonga tremenda con la que algunos hicieron bastante fortuna) una de las cosas que más llamaba la atención era la enorme renovación que se estaba produciendo dentro del parque móvil español. En efecto, metidos en esa burbuja que todo el mundo afirmaba que existía pero que nadie veía, fuimos todos de la mano hacia la debacle más absoluta y terrible. Ahora muchos se erigen como los adalides de la causa y afirman que fueron ellos los que se dieron cuenta del asunto, pero ni mucho menos es así la cosa. Nadie lo supo ver, y ahora estamos pagando las consecuencias.
Cuando comenzó 2009 y ya estábamos bien empapados de crisis por los cuatro costados, la tendencia comenzó a virar. En efecto, las ventas de vehículos nuevos experimentaron una bajada vertiginosa que no tenía fin, que aún hoy sigue siendo espeluznante. Por eso hemos afirmado en el título del presente artículo que nuestro país tiene un enorme parque automovilístico que se va haciendo cada vez más viejo. Está claro que 2014, gracias a cierta recuperación económica y a la puesta en marcha del plan PIVE, las cosas han mejorado un poco. Pero el sector sigue postrado, sobre todo ahora que los estímulos para la compra de un coche nuevo han desaparecido.
Donde más se nota el asunto es en la adquisición de piezas usadas, ya que las técnicas que se han ideado (desde el buscador de piezas de desguace on-line a la rebaja de precios) han permitido una puesta en marcha mucho más interesante y conveniente del formato de lo usado. Está claro que esta circunstancia es la respuesta a las soluciones que había que afrontar ante la cada vez mayor avalancha de vehículos con cierta edad que se estropeaban. De esta manera se ha conseguido un parque móvil bien reformulado y con todas las ventajas posibles para el usuario.
En cualquier caso, pensamos que 2015 será un año de retroceso en la renovación del parque móvil de nuestro país. De repente nos hemos dado cuenta de la enorme fiabilidad de los desguaces, han desaparecido los planes de estímulos y todo ha virado hacia la segunda mano. En 2014 se renovaron muchos coches (un crecimiento que en algunos meses casi llegó al 30% con respecto a cifras anteriores), pero conforme sigue todo lo relacionado con la actual situación financiera, mucho nos tememos que la renovación que se había iniciado va a paralizarse. Esto provocará, qué duda cabe, una revitalización de los desguaces, porque los coches averiados tendrán que pasar, obligatoriamente, por la segunda mano para seguir siendo funcionales y viables. Veremos qué ocurre, pero nuestro primer pronóstico para 2015 es que las cosas no pintan muy bien para los concesionarios…