Comprar un motor de segunda mano, lo queramos o no, puede llegar a ser algo complicado sobre todo por las dudas que puede ofrecer a la hora de saber si el rendimiento que nos va a dar va a ser el mismo, o al menos similar, que el motor que teníamos instalado dentro de nuestro coche.
Por ello, y en base a las diferentes opiniones que se han podido recoger en el portal web motoresdesegundamano.eu vamos a hablar de cuáles son algunas de las claves más importantes a tener en cuenta a la hora de determinar si el motor que vamos a adquirir merece la pena o no.
En primer lugar tenemos que ver el kilometraje del motor así como su estado. Y es que a pesar de que podamos pensar de que los motores, por norma general, cuantos menos kilómetros tienen, mucho mejor, puede darse el caso de que la conservación que se ha hecho del mismo no haya sido ni mucho menos la más óptima por lo que a pesar de tener pocos kilómetros un motor de segunda mano no sería la opción más recomendable para nosotros y para nuestro coche.
Asimismo, también tenemos que tener muy en cuenta si el motor, es diésel o gasolina. Más que nada porque, como te puedes imaginar, el cuidado de un motor y otro, no solo no tiene nada que ver sino que la vida de uno y otro modelo tampoco es la misma. En otras, palabras, una vez que ya sabes cuál es su kilometraje y su estado deberías tener el tipo de combustible que utiliza para saber con un poco más de certeza si lo que tienes frente a ti te interesa o, por el contrario, es mejor pasar a otra opción.
Por último, y como no podía ser de otro modo, tenemos que fijarnos en el precio. Es cierto, de eso no hay duda alguna, que los precios de los motores que podemos encontrar de segunda mano, poco o nada tienen que ver con los precios de los motores nuevos. Sin embargo, puede darse el caso también, de hecho en muchas ocasiones se da, de que el motor nuevo no tenga un precio tan elevado como podamos llegar a pensar por lo que puede ser incluso interesante decantarnos por esa opción en lugar de comprar un motor usado. Por ello siempre conviene, eso sí, pedir asesoramiento a una persona especializada para saber qué decisión es la más acertada.
