La India: todo un subcontinente por descubrir

La India es un país que a día de hoy sigue causando la misma fascinación para todo amante de los viajes. Estados Unidos es bellísima, Francia un referente, pero viajar a la India con viaje organizado que permita recorrer y vivir los puntos más interesantes del subcontinente, nada tiene que ver con el hecho de visitar la Torre Eiffel o recorrer la ruta 66 (dos viajes muy recomendable no obstante).

Y es que a pesar de tener el Taj Mahal, que deja sin habla a todo aquel que lo observa, la India posee joyas que bien pueden competir cara a cara con el templo de mármol, ¿no las conoces? Te mostramos alguna de ellas.

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Imagen: exoticca.com

La región del Rajastán

La ciudad dorada de Jaisalmer con su imponente fortaleza, multitud de templos y el encanto contrastado de las mansiones de estilo británico colonial, el desierto de Thar donde vivir la experiencia de pasear a camello por las vastas dunas de arena y visitar la ciudad de Jhodpur, la ciudad azul de numerosos palacios, templos y fuertes son algunos de los atractivos que encierra la región de Rajastán, una auténtica joya oculta al mundo y que merece toda nuestra atención.

De esta región no podemos irnos sin visitar a su capital, Jaipur, llamada la ciudad rosa por sus casas pintadas de este color en imitación a la arenisca del desierto.

Agra

Al igual el nombre de la ciudad de Agra por sí sola no nos dice nada, pero sí el de su más ilustre morador: el Taj Mahal. Quizás el que es el mausoleo más famoso del mundo y considerada como una de las 7 maravillas del mundo moderno, reúne a más de tres millones de visitantes año tras año que no dudan en admirar la magnificencia de esta construcción que necesitó de 20.000 hombres para su alzado.

Conviene recordar que pese a su aspecto palaciego, no es sino un mausoleo tal como anunciábamos, dedicado a la mujer del emperador Sha Jahan en la que es una de las historias de amor más bellas por la que el hombre ha invertido su fortuna.

También renombrable resulta el fuerte de Agra, cuya visita no enmudece como sí que lo hace el Taj Mahal, pero sí que resulta altamente recomendable y hará sin duda mucho más completo el desplazamiento (que ya de por sí merece la pena).

Delhi

La colorista y alegre capital de la India (realmente lo es Nueva Delhi, núcleo urbano que se encuentra en su interior) no podría ser de una magnitud inferior a la propia de un subcontinente en vistas de ser el país más habitado del mundo, y como tal contiene joyas como la mayor mezquita del mundo y el mayor alminar (Jama Masjid y Qutab respectivamente), la tumba de Humayun, que recuerda tímidamente al Taj Mahal con toques de color, el fuerte rojo o la Puerta de la India, un arco del triunfo de estilo oriental en arenisca que rememora a los caídos en la I Guerra Mundial.

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